Los exámenes. El martes 28 de noviembre a las 21h. en los Multicines Benavente.





Cristian Mungiu: "Si eres pasivo con la corrupción, la corrupción se va colando en tu vida"

  • El cineasta rumano estrena Los exámenes, un drama implacable sobre educación y corrupción
  • Obtuvo el galardón a la Mejor dirección en del Festival de Cannes
  • “Romeo está en esa edad en la que empieza a cuestionarse a sí mismo ¿Las decisiones de mi vida han sido correctas? ¿He luchado contra la corrupción? Mi impresión es que si eres pasivo con la corrupción, la corrupción se va colando en tu vida y ni siquiera te das cuenta”, reflexiona. “En la película se habla de la relación entre desarrollarte en la sociedad y el límite del desarrollo de la propia sociedad”.

    Mungiu insiste es que la corrupción solo es uno de los temas de Los exámenes y todo nace de una pregunta: “Es posible habar de corrupción en sociedades como la nuestra como si no formara parte de ti? Porque hablamos de corrupción como si perteneciese a los demás, nunca nos pertenece a nosotros: son cosas de políticos, sociedad, lo que sea”, añade.

    Desde que presentará la película en Cannes, el cineasta ha constatado que el espectador italiano, español, latinoamericano y de Europa del Este en general se identifican con ese retrato de corrupción generalizada. “Viviendo en estos países tienes este especie de frustración de sentir que las cosas no van bien alrededor”, afirma.

    Mungiu posee un talento de narrador implacable y al mismo tiempo analiza con precisión de sociólogo el trasfondo de su película. Su peculiar estilo, al que dio continuidad hace cuatro años con Más allá de las colinas, es una depuración del realismo documental en el que cada secuencia se rueda en una sola toma, acompañando el movimiento de los personajes pero componiendo precisos cuadros. “La vida sucede en ese movimiento continuo”, dice en una entrevista para RTVE.es.

    Los exámenes es la historia de Romeo (Adrian Titieni) un padre, cirujano de profesión, obsesionado con un futuro fuera de Rumanía para su hija (Maria-Victoria Dragus). Para ello tiene que alcanzar una nota alta en una suerte de selectividad pero todo se tuerce cuando el día antes sufre un intento de violación. Ya antes ha quedado claro que la vida de Romeo está llena de capas rodeadas de una sociedad tan corrupta que roza el Estado fallido.

    Así nació el cuarto largometraje del realizador más importante de la importante Nueva Ola del cine rumano. En 2007 ganó la Palma de Oro con 4 meses, 3 semanas, 2 días y este año sumó el Premio a Mejor Dirección con Los exámenes. El 25 de noviembre se estrena en España.

    Dice Cristian Mungiu que, buscando una historia que rodar, coleccionaba artículos de prensa que almacenaba en dos montones, uno sobre corrupción y otro sobre educación. Hasta que encontraba noticas que no sabía en qué montón colocar. 
  • Los exámenes es una de las cinco candidatas (junto con Julieta, de Almodóvar) a los Premios del Cine Europeo que se entregan el próximo 10 de diciembre. Y también es la seleccionada por Rumanía para los Oscar de 2017.

    Mungiu explica que su condición de padre le llevaba a plantearse: “¿Lo que me ha pasado a mí también va a pasarle a mis hijos? En mi país hablamos de ‘generaciones del sacrifico’. Así llamaban a la generación de mis padres porque vivieron la postguerra mundial. Y también a nosotros porque vivimos tras la caída de Ceaucescu. Y ahora empiezan a llamarlo también a nuestros hijos. No puedes tener un país solo con generaciones de sacrificio”.

    En parte, identifica el fracaso generacional que asume Romeo como propio. “Sí, pero no es que no hayamos cambiado nada. Hemos cambiado más cosas de las que se podían, pero 26 años, históricamente, es un período muy pequeño”, explica. “Cuando el comunismo se derrumbó éramos inocentes, no porque fuéramos jóvenes, sino porque no sabíamos con precisión cómo era el mundo libre. Pensábamos que junto a esta libertad, la riqueza llegaría al día siguiente, y la honestidad y todas las cosas buenas. Y, por supuesto, nunca llegaron”.

    “Todos tenemos este reflejo: intentamos salvar algo de nuestras vidas transmitiendo la sabiduría que tenemos para nuestras hijas. Lo cual es muy inocente. Como hijos, sabemos que cuando los padres se comportan así no ayuda. Las personas tienen que cometer sus propios errores y no puedes transmitir tu sabiduría de 50 años a un hijo de 20”, piensa.

    Mungiu, nacido en 1968, tenía 21 años cuando cayó el régimen comunista de Ceaucescu y Los exámenes reflexiona sobre la obsesión de su generación por cambiar las cosas, su fracaso y la transmisión de esa frustración a las nuevas generaciones.


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