"Techo y comida" Juan Miguel del Castillo, España, 2015. Martes 8 de noviembre 21h. Multicines Benavente

Martes, 8 de noviembre, 21h. Multicines Benavente
Sinopsis
Rocío es una joven madre soltera y sin trabajo que no recibe ningún tipo de ayuda ni subsidio por lo que no puede hacer frente a los pagos del alquiler del piso en el que vive. Entre la vergüenza y el temor a perder la tutela de su hijo Adrián, de 8 años, Rocío sufre en soledad una situación de precariedad que empeora cada día. La denuncia del propietario, acuciado también por las deudas, precipitará la amenaza de la orden de desahucio. Una historia conmovedora, tierna y dura al mismo tiempo, tan necesaria como incómoda que pone al descubierto las vergüenzas de un sistema que abandona a las personas. ¿Y a ti quién te rescata?
 
La crisis, de cerca
Desde su mismo título, 'Techo y comida' convierte en seña de identidad su transparencia, claridad y capacidad de síntesis
 
La crisis económica encarnada en la España de los desahucios y la precariedad sostenida necesitaba encontrar su justo reflejo en una película como Techo y comida que, desde su mismo título, convierte en seña de identidad su transparencia, claridad y capacidad de síntesis. Hacía falta que se abordara el tema en una película de vocación popular, sin ningún tipo de coartadas, que reflejara con verosimilitud y verdad el viacrucis cotidiano de lo que no es más que el proletariado de base, ese sector tan huérfano de representación en las mayores zonas de visibilidad de nuestro cine. Techo y comida coloca su mirada a pie de calle para contar el tenso transcurrir de los días previos a la pérdida de su piso alquilado por parte de una madre, expuesta a la intemperie laboral y afectiva, y su hijo. El debutante en la dirección Juan Miguel del Castillo sabe que su película es, ante todo, una Natalia de Molina excepcional, capaz de desaparecer en el interior de su personaje, pero sería injusto pasar por alto otra serie de decisiones que no hacen sino reforzar la eficacia de este trabajo de planteamiento austero y espíritu combativo: la firme voluntad de evitar tremendismos y la loable capacidad de retratar ambientes y personajes con un realismo libre de afectaciones. Proponer un reflejo de la crisis mediante un trabajo capaz de llegar a todo tipo de público es, sin duda, un gran gesto político.
 
'Techo y comida': honesta pero sin pausa
'Techo y comida' es una radiografía concentrada de algunos de los problemas más acuciantes de la realidad social. Su joven protagonista está a punto de ser desahuciada, es madre soltera, vive con su hijo, apenas tiene para comprar comida, roba en supermercados y sufre las iras del resto del vecindario. El filme es honesto pero, para ser más efectivo, necesitaría de una pausa dramática que no tiene. Pese a ello, y su carácter acumulativo, el buen y comedido trabajo de la actriz Natalia de Molina dignifica el relato.
 
Natalia de Molina: "Tenía muchas ganas de dejarme las entrañas, la cabeza y el corazón en algo arriesgado”
Si el tamaño de una película se midiera por la credibilidad de su protagonista, la modesta ‘Techo y comida’, financiada en parte por micromecenazgo, sería una megaproducción. Natalia de Molina muta en madre soltera al borde del desahucio en esta ópera prima que pone cara de mujer a la crisis. Fotogramas.es 03-12-2015
A Rocío, la protagonista de 'Techo y comida', Natalia de Molina (Linares, Jaén, 1989) la soñó antes de hacerla. ¡Francesco, mira! "Francesco es su cuñado italiano, marido de su hermana Celia, también actriz y cuyos pasos siguió (ambas son las menores de cuatro hermanas) cuando Celia cambió la carrera de Educación Ambiental por las tablas hasta formar su propia compañía y espacio teatral, Garaje Lumière, donde Natalia se fogueó. Francesco me miró con cara de preguntarme si soy bruja". Y no era para menos. Ocurrió el último día de rodaje de 'Cómo sobrevivir a una despedida' (Manuela Moreno, 2015), la comedia en la que ambas hermanas pudieron exhibir sus recursos humorísticos. "Soñé que hacía una película en la que era una madre soltera con un hijo. Tenía muchas ganas de poder hacer algo arriesgado, diferente, donde tuviera que entregarme por completo y dejarme las entrañas, las tripas, la cabeza y el corazón. Y esa mañana, en el rodaje, recibí un e-mail de los productores con el guión de una película de bajo presupuesto sobre la crisis y los desahucios, y la propuesta de su director para ser Rocío. Me quedé conmocionada. ¡Pero si lo había soñado la noche antes!"
El sueño no se desvaneció: ambas, la cinta y ella, fueron premiadas en el Festival de Málaga, y la actriz defiende más allá de la puntual obligación promocional un personaje que la abdujo. "Me quedé supertocada cuando leí el guión, lloré muchísimo, y me sentí muy afortunada y a la vez con mucha responsabilidad. Me inquietaba quién iba a dirigirlo. Porque un tema así puede llevarse al sensacionalismo, y me importaba mucho que no ocurriera. Entonces vi el corto del director, 'Rosario', con Asunción Balaguer, y pensé: Si alguien tenía que contar esta historia es él. Porque en el corto ya se ve que la honestidad y la crudeza son sus marcas."
NOVELES UNIDOS
El director confió en una actriz con un Goya Revelación (por 'Vivir es fácil con los ojos cerrados', de David Trueba), y ella, en un debutante. "Tengo muchos amigos que están luchando para que se les dé una oportunidad, con ideas muy buenas y un talento increíble, y que les cuesta tanto... ¡Hay tanta gente buena por descubrir! Tiene que haber una nueva generación. Nadie nace siendo Almodóvar o Trueba. Confío mucho en la gente que empieza. Yo también estoy empezando. No sé cómo Juan Manuel, que sólo me había visto en 'Vivir es fácil...' se imaginó que yo podía hacer algo tan distinto."
Y se lo preguntó, claro.
Sí. Me dijo que quería una chica andaluza, y pensó que yo podía interpretar la fragilidad desde la madurez. Y también me dijo que le había llegado mi discurso del Goya. Sí, eso también contribuyó.
Fue un discurso emocionante.
Justo hacía una semana de la manifestación en contra de la Ley del Aborto, que me encontré por la calle, y yo, que acababa de hacer Vivir es fácil con los ojos cerrados, estaba muy mentalizada. No podemos retroceder a aquellos tiempos en los que los abortos se practicaban en familia o de estrangis, y la gente se moría. Es una decisión nuestra y sólo nuestra. Y muy importante.
'Techo y comida' no se despega de usted, de su cara, de sus gestos. Vemos casi su tragedia por dentro. Su Rocío tiene máxima contención y muy pocas palabras.
Rocío se metió en mí, me poseyó. Fue muy extraño. Como si actuara por sí misma. De acción a corten únicamente, aunque me costaba dormir, creo que por la intensidad de las escenas. El cuerpo lo acusa. Incluso cuando vi la película me quedé un poco en shock. Veía a otra persona.
¿Cómo se acercó a su realidad?
Mirándola cara a cara. Me metí en blogs, vi documentales, observaba a la gente que entra en un comedor social que hay cerca de mi casa. Mis dos hermanas mayores son abogadas, y han tenido casos de desahucios. Me han contado historias de madres. No hay que mirar fuera para ver niños que pasan hambre. Lo tenemos aquí. No se entiende que esto esté pasando en España, en un país europeo. Paga la ciudadanía sin recursos, pero es tan incomprensible y genera tanta rabia que miramos para otro lado para no sufrir.
¿Cuál fue el mayor reto?
Todo. No pudimos ensayar, porque yo estaba en 'Bajo sospecha', y, a los dos días de acabar la serie, ya estaba rodando. Hablé mucho por Skype con el director y con el niño. Le enviaba audios a Juan Manuel con el acento. Soy de Granada (lo es de vocación: nació en Linares), pero el acento de Jerez no tiene nada que ver con el mío, es más melódico y cecean. El señor que me llevaba en coche de mi casa al rodaje de Bajo sospecha, Rafa, era de Cádiz y tenía exactamente el acento que buscaba el director. Me ayudó mucho en los trayectos entre mi casa y el rodaje. Nunca había hecho algo así, un personaje complejo. Lo he disfrutado muchísimo. Me ha llenado como actriz y como persona.
La relación con su hijo de ficción sería crucial.
Sí, muy importante para mí. Me entrevisté con él por Skype en cuanto lo encontraron y era muy tímido. Luego, ya en Jerez, hubo que esperar unos días para poder rodar porque la cámara se fastidió y aprovechamos para conocernos. Fue facilísimo. Él me llama madre postiza, y yo a él, hijo postizo. Cumplió 8 años en el rodaje. Es un niño muy especial, lo lleva en la sangre, es actor.
 
Mientras llega, nos quedan por ver su bloguera aristócrata con una curiosa filia sexual en 'Kiki, el amor se hace', de Paco León, donde comparte episodio con Álex García; Los del túnel, de Pepón Montero, debut en la producción de Arturo Valls, y la lolita de Pozoamargo, del mexicano Enrique Rivero, cuya ópera prima, Parque Vía, ganó en Locarno.
 




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