"La pianista" de Michael Haneke



El Cineclub Fetiche se complace en presentar una película de Michael Haneke: "La pianista" (Austria, Francia, 2001)

La proyectaremos en los Multicines Benavente el martes 3 de junio a las 21 h."La pianista" de Michael Haneke se llevó el Gran Premio del jurado y mejor actriz y actor para Huppert y Benoit en el Festival de Cannes.

Os esperamos

un cordial saludo

La Pianista. País: Francia-Austria. Director y guionista: Michael Hanecke. Intérpretes: Isabelle Huppert, Benoit Magimel, Annie Girardot, Susanne Lothar.Año: 2001.
Michael Haneke: El cine como revulsivo moral
El director austríaco estrena en España Caché - Escondido, la gran triunfadora en los últimos premios del cine europeo
Carlos Leal
Si hay una línea que une las diversas películas de Michael Haneke es su capacidad para provocar una respuesta visceral en el espectador. Su cine ha recibido todo tipo de calificativos: existencialista, desasosegante, comprometido e incluso brechtiano, pero el controvertido realizador austríaco prefiere huir de etiquetas. El suyo es un cine inteligente y apasionado, que busca despertar y agitar las conciencias de la adormecida sociedad occidental.
Algo que ya consiguió con sus tres primeros largometrajes, conocidos como la Trilogía de la glaciación emocional. Su ópera prima, El séptimo continente (1989), trazaba un duro retrato de su generación, los nacidos durante la Segunda Guerra Mundial y la posguerra, a través del caso real del suicidio de una familia de clase media vienesa. Haneke se mantuvo a la altura de las expectativas en su segundo largometraje, El vídeo de Benny (1992), el primero que tuvo una distribución internacional amplia. Este brutal drama narra cómo un adolescente aficionado al cine gore cruza la línea de la cordura y asesina a una joven amiga suya sin un motivo aparente mientras graba todo el proceso con su cámara de vídeo.
Otro acto de violencia aleatoria, un tiroteo en un banco el día de Nochebuena, inspiró 71 momentos para una cronología del azar (1994), la película que cerró su Trilogía de la glaciación emocional. Tres años después, Haneke alcanzó la consagración internacional con Funny Games, que ganó diversos premios en Chicago, Oporto y Ghent y participó en la sección oficial de Cannes.
Funny Games retoma dos de los motivos fundamentales de la filmografía de Haneke: la violencia injustificada y la importancia de la mediación tecnológica, a través de una historia que narra cómo una familia alemana de clase media es secuestrada, torturada y finalmente asesinada por una pareja de jóvenes psicópatas. De nuevo, la película no ofrece motivos o justificación para los crueles actos de sus dos protagonistas. A la pregunta de por qué lo hacen, ambos responden con un cínico e insatisfactorio "¿Por qué no?". Haneke huye de explicaciones seudopsicológicas que proporcionen un cierto consuelo emocional y fuerza al espectador a construir una respuesta por sí mismo.
Sin embargo, la película sí sugiere un responsable, los medios de comunicación y en concreto el medio cinematográfico. Conforme avanza el filme, el espectador se descubre cómplice de las torturas que se suceden en la pantalla a través de sus propias expectativas: se hace evidente que los asesinos practican sus "juegos divertidos" para satisfacer la demanda de un público alienado. En su anhelo por vapulear las conciencias de sus espectadores, Michael Haneke rompe las convenciones cinematográficas del thriller; incluye muertes de animales y niños y prescinde del final feliz. Todo ello para denunciar cómo los medios trivializan la violencia e insensibilizan a su público.
El año 2001 vio el estreno de dos de sus películas más conocidas,
Código desconocido y La pianista. Por primera vez, Haneke decidió trasladar sus rodajes a Francia, e incluyó en el reparto rostros conocidos del cine francés (rodó la primera con Juliette Binoche y la segunda con Isabelle Huppert). La pianista le proporcionó además el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes, así como los galardones de interpretación para Benoît Magimel e Isabelle Huppert.
Ahora, tras la pobre distribución que tuvo El tiempo del lobo, Haneke regresa a nuestras pantallas a lo grande con
Caché - Escondido, un peculiar thriller en torno a la culpa con el que promete seguir revolviendo conciencias. (de www.cinestrenos.com)

14 mayo 2005
Las verdades ocultas
Haneke vuelve por la octava vez a Cannes con una película,
Caché, con tonos azulados como un golpe en la piel y que tiene todas la posibilidades para reclamar un premio. Con un espléndido Daniel Auteuil (Jiuliette Binoche lo apoya), menos chocante que en La Pianista, pero con la capacidad de dejar una inquietud que es difícil quitarse de encima. Haneke nos pide no contar la trama. "La fuerza de la película está en la captura de la atención con su desarrollo. Se deja todo a la reflexión del espectador".



¿Una historia privada para contar una historia más grande, el remuevo de las culpas francesas en relación a Algeria? La cuestión argelina naturalmente está en la película, pero sería un pecado reducir la historia solamente a esto. Es una película sobre la culpa en general, sobre las faltas personales de cada una nosotros, la historia de un hombre que oculta la cabeza bajo la cobertura para olvidar sus elecciones. Cada país tiene una culpa que dejar atrás, como Francia, pero en cada país las consecuencias políticas pueden ser diferentes. Austria, Alemania también tienen un pasado que dejar en el olvido.En la película alguien amenaza a una familia, expidiendo VHS con imágenes tomadas de escondido de su vida privada. Pero Ud. no revela el culpable. Es al espectador encontrar una solución, dar una interpretación. Planteo preguntas, quien mira la película es invitado a dar las respuestas. Por esto el final es abierto, y tal vez no sea tan importante saber quien es el remitente de estas amenazas. Las películas comerciales dan siempre una respuesta antes de plantear una cuestión. Las películas que no he olvidado jamás son que las que me desestabilizaron. Es ciertamente alguien que tiene una vieja cuestión que arreglar. Se intuye un gran dolor detrás de estas amenazas. No diré nunca de un personaje mío que está enfermo, loco o perverso. Sugiero solamente soluciones. Y la película no enseñará donde están las verdades...Todas mis películas giran en torno a la verdad, se preguntan qué es la verdad. La verdad en el cine, en los medios de comunicación, la manipulación de éstos. Es por eso que empleo la imagen en la imagen, para desestabilizar la percepción del espectador y plantearle el problema de saber donde se oculta la verdad. Es una cuestión que siempre me implica y me hace reaccionar. Pero no soy un maestro de escuela, estimulo solo la voluntad del espectador de comunicar con la película.El protagonista conduce una rubrica de literatura en TV. Libros e imágenes. ¿Es más difícil para un intelectual ocultarse?Se puede saber todo pero estar emocionalmente sin defensa. ¡Soy un intelectual, pero esto no me ayuda mucho en mi vida privada!
Camillo De Marco

Comentarios