El Cineclubfetiche presenta "Una película hablada".
Manoel de Oliveira (Portugal, 1908)
Biografía: Cineasta portugués cuya dilatada carrera se extiende a lo largo de un turbulento periodo de la historia de su país. Obligado a largas etapas de inactividad debido a la indiferencia o a la censura del gobierno, en la actualidad, tras la amplia difusión de su película El convento (1995), se le reconoce como el principal director de cine portugués y una figura importante en el panorama internacional. Nacido en Oporto en el seno de una familia acomodada, estudió en su propia ciudad, en España y en Francia. Aunque en un principio se dedicó al atletismo y a las carreras automovilísticas, pronto sintió el deseo de convertirse en actor e intervino en la primera película sonora portuguesa. Al mismo tiempo que trabajaba como actor en pequeños papeles, compró una cámara de 35 mm y comenzó a rodar Douro, faina fluvial (1931), documental en el que trata, con un enfoque bastante original, la situación de los trabajadores del río Duero, y que resultó premiado en el Congreso Internacional de Críticos de Lisboa ese mismo año. Durante los años siguientes realizó una serie de documentales que tuvieron muy mala acogida por parte de las autoridades de la dictadura de extrema derecha, y en 1942 dirigió su primer largometraje de ficción, Aniki-Bóbó, localizado en Oporto, en el que los juegos de los niños sirven de espejo para reflejar el mundo adulto. Sin ser técnicamente perfecta, es una obra muy poética, filmada con un gran simbolismo lírico. A pesar de ello fue un fracaso de taquilla que le obligó a estar catorce años apartado de la dirección. Tras ese periodo hizo el documental O pintor e a cidade (1956), tras el que volvió a la ficción en 1963 con O acto de primavera. A lo largo de la década de 1970 realizó películas con más frecuencia, y se ganó una digna y sólida reputación con obras como O passado e o presente (1972), mordaz sátira de la codicia y la alta burguesía, que recuerda al director español Luis Buñuel, inspirador, junto con Carl Theodor Dreyer, de su obra. Tras el fin de la dictadura de Salazar su actividad creativa se tornó más prolífica, destacando Francisca (1981) historia de amor basada en la vida del escritor del siglo XIX Castelo Branco, cuya obra ha adaptado Oliveira al cine en varias ocasiones. Su filmografía aumentó considerablemente a partir de la década de 1980, llegando a dirigir una película al año. El valle de Abraham (1993), basada en la novela Madame Bovary de Gustave Flaubert, esta considerada una de sus mejores realizaciones. Otras obras suyas posteriores son Party (1996), Viaje al principio del mundo (1997), última película del desaparecido actor italiano Marcello Mastroianni, Inquietud (1998), La carta (1999) y El principio de la incertidumbre (2002).
Reconocimientos
En 1985 recibió el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia por la película Le soulier de satin. En 1988 presentó Os Canibais en el Festival de Cannes. En 2004, Oliveira recibió el Premio Vittorio de Sica de manos del presidente italiano y un León de Oro por su carrera en el Festival de Cine de Venecia, donde exhibió O quinto imperio - Ontem como hoje. En 2005, Manoel de Oliveira fue galardonado por el presidente francés con el grado de Comandante de la Legión de Honor, y recibió homenajes en Milán, Madrid, Nápoles y Barcelona. Una película hablada se presentó en el Festival de Cine de Venecia 2003 donde consiguió el Premio Signis
FILMOGRAFÍA:
FICHA TÉCNICA y ARTÍSTICA
Director: Manoel de Oliveira.
Director: Manoel de Oliveira.
Intérpretes: Leonor Silveira (Rosa Maria), Filipa de Almeida (Maria Joana), John Malkovich (Comandante John Walesa), Catherine Deneuve (Delfina), Irène Papas (Helena), Stefania Sandrelli (Francesca).
País: Portugal-Francia-Italia.
Año: 2003.
Producción: Paulo Branco, para Madragoa Filmes. Guión: Manoel de Oliveira.
Música: Philippe Morel.
Fotografía: Emmanuel Machuel.
Dirección artística: Ze Branco.
Montaje: Valeri Loiseleux.
Estreno en Madrid: 28-V-04.
Distribuidora en cine: Wanda/Nirvana.
Distribuidora en vídeo y DVD: Cameo.
Duración: 96 minutos.
Género: Drama
Referencias
Está dirigida por el casi centenario realizador Manoel de Oliveira, cuya filmografía está conformada por El principio de la incertidumbre (2002), Vuelvo a casa (2001), Palabra y utopía (2000), La carta (1999), Inquietud (1998), Viaje al principio del mundo (1997), Party (1996), El convento (1995), La caja (1994), El valle de Abraham (1993), O dia do desespero (1992), A Divina Comedia (1991), No, o la vanagloria de mandar (1990), Os Canibais (1988), O Meu Caso (1987), Le Soulier de satin (1985), Lisboa Cultural (1983), Nice- À propos de Jean Vigo, Visita ou Memórias e Confissoes (1982), Francisca (1981), Amor de Perdiçao (1979), Benilde ou a Virgem Mae (1975), O Passado e o Presente (1972), O Pao (1966), As Pinturas do Meu Irmao Julio (1965), A Caça (1964), Acto de Primavera (1963), O Pintor e a Cidade (1956), Aniki Bóbó (1942), Famalicao (1941), Já se fabricam automóveis em Portugal (1938), Miramar, Praia das Rosas (1938), Estatuas de Lisboa (1932), Douro, Faina Fluvial (1931).
Está protagonizada por Leonor Silveira (El principio de la incertidumbre, Vuelvo a casa, Palabra y utopía, Inquietud), John Malkovich (El juego de Ripley, Johnny English, Pasos de baile, La sombra del vampiro, Cómo ser John Malkovich), Catherine Deneuve (Lo más cercano al cielo, 8 mujeres, El mosquetero, Vuelvo a casa, Bailar en la oscuridad), y Stefania Sandrelli (La cena, Esperando al Mesías, La otra cara de la luna, Volavérunt).
Les acompañan en el reparto la griega Irene Papas (La mandolina del capitán Corelli, Yerma), Luís Miguel Cintra (Palabra y utopía, La espalda de Dios, Capitanes de abril).
Según Oliveira, se trata de una película "hablada" porque los diálogos se realizan en distintas lenguas. Cada una de estas lenguas ha contribuido desde sus orígenes a la evolución de la civilización occidental, lo que supone un medio para llegar sigilosamente a aquello que es fundamental en esta película hablada. Está producida por Mandragoa Films, Gémini Films, Mikado Films, France 2 Cinéma, ICAM, RTP, CNC, Canal+, Ciné Cinémas, Eurimages
Referencias
Está dirigida por el casi centenario realizador Manoel de Oliveira, cuya filmografía está conformada por El principio de la incertidumbre (2002), Vuelvo a casa (2001), Palabra y utopía (2000), La carta (1999), Inquietud (1998), Viaje al principio del mundo (1997), Party (1996), El convento (1995), La caja (1994), El valle de Abraham (1993), O dia do desespero (1992), A Divina Comedia (1991), No, o la vanagloria de mandar (1990), Os Canibais (1988), O Meu Caso (1987), Le Soulier de satin (1985), Lisboa Cultural (1983), Nice- À propos de Jean Vigo, Visita ou Memórias e Confissoes (1982), Francisca (1981), Amor de Perdiçao (1979), Benilde ou a Virgem Mae (1975), O Passado e o Presente (1972), O Pao (1966), As Pinturas do Meu Irmao Julio (1965), A Caça (1964), Acto de Primavera (1963), O Pintor e a Cidade (1956), Aniki Bóbó (1942), Famalicao (1941), Já se fabricam automóveis em Portugal (1938), Miramar, Praia das Rosas (1938), Estatuas de Lisboa (1932), Douro, Faina Fluvial (1931).
Está protagonizada por Leonor Silveira (El principio de la incertidumbre, Vuelvo a casa, Palabra y utopía, Inquietud), John Malkovich (El juego de Ripley, Johnny English, Pasos de baile, La sombra del vampiro, Cómo ser John Malkovich), Catherine Deneuve (Lo más cercano al cielo, 8 mujeres, El mosquetero, Vuelvo a casa, Bailar en la oscuridad), y Stefania Sandrelli (La cena, Esperando al Mesías, La otra cara de la luna, Volavérunt).
Les acompañan en el reparto la griega Irene Papas (La mandolina del capitán Corelli, Yerma), Luís Miguel Cintra (Palabra y utopía, La espalda de Dios, Capitanes de abril).
Según Oliveira, se trata de una película "hablada" porque los diálogos se realizan en distintas lenguas. Cada una de estas lenguas ha contribuido desde sus orígenes a la evolución de la civilización occidental, lo que supone un medio para llegar sigilosamente a aquello que es fundamental en esta película hablada. Está producida por Mandragoa Films, Gémini Films, Mikado Films, France 2 Cinéma, ICAM, RTP, CNC, Canal+, Ciné Cinémas, Eurimages
Manoel de Oliveira (Portugal, 1908)
Biografía: Cineasta portugués cuya dilatada carrera se extiende a lo largo de un turbulento periodo de la historia de su país. Obligado a largas etapas de inactividad debido a la indiferencia o a la censura del gobierno, en la actualidad, tras la amplia difusión de su película El convento (1995), se le reconoce como el principal director de cine portugués y una figura importante en el panorama internacional. Nacido en Oporto en el seno de una familia acomodada, estudió en su propia ciudad, en España y en Francia. Aunque en un principio se dedicó al atletismo y a las carreras automovilísticas, pronto sintió el deseo de convertirse en actor e intervino en la primera película sonora portuguesa. Al mismo tiempo que trabajaba como actor en pequeños papeles, compró una cámara de 35 mm y comenzó a rodar Douro, faina fluvial (1931), documental en el que trata, con un enfoque bastante original, la situación de los trabajadores del río Duero, y que resultó premiado en el Congreso Internacional de Críticos de Lisboa ese mismo año. Durante los años siguientes realizó una serie de documentales que tuvieron muy mala acogida por parte de las autoridades de la dictadura de extrema derecha, y en 1942 dirigió su primer largometraje de ficción, Aniki-Bóbó, localizado en Oporto, en el que los juegos de los niños sirven de espejo para reflejar el mundo adulto. Sin ser técnicamente perfecta, es una obra muy poética, filmada con un gran simbolismo lírico. A pesar de ello fue un fracaso de taquilla que le obligó a estar catorce años apartado de la dirección. Tras ese periodo hizo el documental O pintor e a cidade (1956), tras el que volvió a la ficción en 1963 con O acto de primavera. A lo largo de la década de 1970 realizó películas con más frecuencia, y se ganó una digna y sólida reputación con obras como O passado e o presente (1972), mordaz sátira de la codicia y la alta burguesía, que recuerda al director español Luis Buñuel, inspirador, junto con Carl Theodor Dreyer, de su obra. Tras el fin de la dictadura de Salazar su actividad creativa se tornó más prolífica, destacando Francisca (1981) historia de amor basada en la vida del escritor del siglo XIX Castelo Branco, cuya obra ha adaptado Oliveira al cine en varias ocasiones. Su filmografía aumentó considerablemente a partir de la década de 1980, llegando a dirigir una película al año. El valle de Abraham (1993), basada en la novela Madame Bovary de Gustave Flaubert, esta considerada una de sus mejores realizaciones. Otras obras suyas posteriores son Party (1996), Viaje al principio del mundo (1997), última película del desaparecido actor italiano Marcello Mastroianni, Inquietud (1998), La carta (1999) y El principio de la incertidumbre (2002).
Reconocimientos
En 1985 recibió el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia por la película Le soulier de satin. En 1988 presentó Os Canibais en el Festival de Cannes. En 2004, Oliveira recibió el Premio Vittorio de Sica de manos del presidente italiano y un León de Oro por su carrera en el Festival de Cine de Venecia, donde exhibió O quinto imperio - Ontem como hoje. En 2005, Manoel de Oliveira fue galardonado por el presidente francés con el grado de Comandante de la Legión de Honor, y recibió homenajes en Milán, Madrid, Nápoles y Barcelona. Una película hablada se presentó en el Festival de Cine de Venecia 2003 donde consiguió el Premio Signis
FILMOGRAFÍA:
1941 ANIQUI BOBO
1963 ACTO DE PRIMAVERA
1971 O PASSADO E O PRESENTE
1975 BENILDE OU A VIRGEN MAE
1977 AMOR DE PERDIÇAO
1980 FRANCISCA
1982 O SAPATO DE CETIM
1986 OS CANIBAIS
1988 NON OU A VA GLORIA DE MANDAR
1989 A DIVINA COMEDIA
1991 O DIA DO DESESPERO
1993 EL VALLE ABRAHAM
1994 LA CAJA
1995 EL CONVENTO
1996 PARTY
1997 VIAJE AL PRINCIPIO DEL MUNDO
1998 INQUIETUDE
1999 LA LETTRE
2000 PALAVRA E UTOPIA
2001 JE RENTRE A LA MAISON
2002 PRINCIPIO DA INCERTEZA
2003 UN FILME FALADO
2004 QUINTO IMPERIO
2005 O ESPELHO MAGICO
CRÍTICA
Manoel de Oliveira tiene casi la edad del cine y una regularidad creativa comparable a la intestinal que proporciona la fibra; no hay año que en éste o en aquél Festival falte una película del casi centenario Oliveira. El título de ésta última («Una película hablada»), para los que conocemos su obra, es realmente ingenioso: ¿Cómo no va a ser hablada una película de Oliveira?..., ¿acaso podríamos confundirla con una monosilabeada por Stallone?En el cine de Oliveira la cámara mira embelesada y fijamente a los personajes que hablan. Y siempre nos cuentan los pensamientos de su músico y letrista, el cultísimo e irónico Oliveira, que teje su cine como si fuera un jersey de sus ideas. En «Una película hablada», su actriz preferida, Leonor Silveira, interpreta a una profesora de Historia que viaja con su hija en barco rumbo a la India. Sus paradas en los diversos puertos mediterráneos nos permite asistir (embelesada y fíjamente, como su cámara) a las conversaciones con su pequeña hija (Filipa de Almeida): maravillosas lecciones de ingenuidad y arraigada profundidad mezcladas en las preguntas de la niña y las respuestas de la madre.Marsella, Nápoles, Atenas, Estambul, El Cairo... Cada puerto es un lugar de origen y en el que abrir los ojos a su historia y a su impronta en la piel de nuestra memoria genética. A Oliveira le sale una película de una sencillez deslumbrante, pero, al tiempo, de una elocuencia, sabiduría y humanidad portentosas. La imagen turística, «la postal», se convierte aquí en balsámica; y la elegancia y finura de su texto dejan igualmente convertidas en «postales» las ideas tópicas y los prejuicios que sobre ciertos lugares y culturas manejamos.Película, pues, de múltiples intereses y de auténtica frescura intelectual. Y que tiene un giro final sorprendente, algo después de que Oliveira nos haga una «larga cambiada» con el punto de vista: de la madre y la hija pasamos a «depender» intelectualmente de otros personajes en la secuencia de la cena: John Malkovich, Catherine Deneuve, Stefania Sandrelli e Irene Papas, que hablan en sus idiomas respectivos por boca de Oliveira en un «babelismo» controlado y hermoso, y que rubricará con una nostálgica canción la voz oscura de la griega Irene Papas. Tras esto hay un desenlace impostado, como tomado del periódico del día y pegado allí por Oliveira: rara vez este director se deja traspasar por algo que no sea -o al menos tenga la vocación de ser- atemporal o incluso eterno. Este manguerazo de actualidad en el cine de Oliveira es tan sorprendente y admirable como él mismo, su propia edad y ejercicio. «Un film falado»
E. RODRÍGUEZ MARCHANTE
CRÍTICA
Manoel de Oliveira tiene casi la edad del cine y una regularidad creativa comparable a la intestinal que proporciona la fibra; no hay año que en éste o en aquél Festival falte una película del casi centenario Oliveira. El título de ésta última («Una película hablada»), para los que conocemos su obra, es realmente ingenioso: ¿Cómo no va a ser hablada una película de Oliveira?..., ¿acaso podríamos confundirla con una monosilabeada por Stallone?En el cine de Oliveira la cámara mira embelesada y fijamente a los personajes que hablan. Y siempre nos cuentan los pensamientos de su músico y letrista, el cultísimo e irónico Oliveira, que teje su cine como si fuera un jersey de sus ideas. En «Una película hablada», su actriz preferida, Leonor Silveira, interpreta a una profesora de Historia que viaja con su hija en barco rumbo a la India. Sus paradas en los diversos puertos mediterráneos nos permite asistir (embelesada y fíjamente, como su cámara) a las conversaciones con su pequeña hija (Filipa de Almeida): maravillosas lecciones de ingenuidad y arraigada profundidad mezcladas en las preguntas de la niña y las respuestas de la madre.Marsella, Nápoles, Atenas, Estambul, El Cairo... Cada puerto es un lugar de origen y en el que abrir los ojos a su historia y a su impronta en la piel de nuestra memoria genética. A Oliveira le sale una película de una sencillez deslumbrante, pero, al tiempo, de una elocuencia, sabiduría y humanidad portentosas. La imagen turística, «la postal», se convierte aquí en balsámica; y la elegancia y finura de su texto dejan igualmente convertidas en «postales» las ideas tópicas y los prejuicios que sobre ciertos lugares y culturas manejamos.Película, pues, de múltiples intereses y de auténtica frescura intelectual. Y que tiene un giro final sorprendente, algo después de que Oliveira nos haga una «larga cambiada» con el punto de vista: de la madre y la hija pasamos a «depender» intelectualmente de otros personajes en la secuencia de la cena: John Malkovich, Catherine Deneuve, Stefania Sandrelli e Irene Papas, que hablan en sus idiomas respectivos por boca de Oliveira en un «babelismo» controlado y hermoso, y que rubricará con una nostálgica canción la voz oscura de la griega Irene Papas. Tras esto hay un desenlace impostado, como tomado del periódico del día y pegado allí por Oliveira: rara vez este director se deja traspasar por algo que no sea -o al menos tenga la vocación de ser- atemporal o incluso eterno. Este manguerazo de actualidad en el cine de Oliveira es tan sorprendente y admirable como él mismo, su propia edad y ejercicio. «Un film falado»
E. RODRÍGUEZ MARCHANTE
Una Crítica negativa (pero hay que poner de todo, ustedes sabrán, ustedes juzgarán). La encontré en http://www.filmaffinity.com/es/review/63963440.html
Una película mamada
Las películas de Oliveira hay que verlas con pinzas llenas de alfileres en los pezones y con cera barata (es más manejable) quemándose sobre tu vientre. Creo que es la única manera de evitar el sopor y la “intelectualidad” de su cine. Tal vez quiera batir el record guinness de ser el cineasta con mayor edad en activo. ¡En el 2008 cumplirá cien años! Aunque creo que ya tiene ese "honroso título" desde el 2001.También la familia de Oliveira no lo quiere nada o le quiere mucho. ¡Venga abuelito a rodar a rodar que buena herencia nos vas a dejar!Cineasta que he evitado como la peste y que por fin me decidí a visionar algo de él, previo paso por un “todo a chien” más cercano, un psiquiatra y una infusión de café-cola. Las elegidas fueron “El valle de Abraham” y “Una película hablada”. Ambas con una nota digna y meritoria a sus esfuerzos.En “Una película hablada” una madre le enseña a una repelente y estúpida mocosa todo el mediterráneo menos España: que no han puesto pasta porque se dedican a administrar subvenciones. La madre le habla a la niña en un vocabulario que no entiende con miles de palabras históricas nuevas. Obviamente la insulsa criatura pregunta y pregunta y pregunta y pregunta (repitan este ciclo n veces, donde n es igual a la duración en segundos del filme). Y yo también me pregunto ¿A esta mujer, con lo lista que es, no le dieron Saussure en el instituto?Después de la lección histórica se van de crucero donde conocen a la Deneuve y al capitán Malkovich donde siguen hablando con otras personas de historia y sociedad. ¡Y ocurre algo! ¡ POR FIN !Gracias Manoel Candido Pinto de Oliveira por darme un momento de gloria. Aplaudí rabiosamente en la soledad de mi dormitorio y me dio un ataque de risa histérica al ver la cara de John Malkovich. Aunque casi prendo fuego a toda la habitación al derramarse la cera de mi cuerpo por toda la cama. Qué mega guay de la muerte es ver el cine del gran Oliveira. Me siento enormemente culto y erudito. Aunque para eso ya estaban los guías turísticos y los libros de historia.Y personalmente si para ser culto hay que disfrutar del cine de Antonioni, Tarkovsky, Kiarostami y Oliveira prefiero vivir en una eterna ignorancia o visitar una biblioteca, donde creo que aprenderé mucho pero que mucho más y sufriendo menos pero que mucho menos.
Maldito Bastardo
Una película mamada
Las películas de Oliveira hay que verlas con pinzas llenas de alfileres en los pezones y con cera barata (es más manejable) quemándose sobre tu vientre. Creo que es la única manera de evitar el sopor y la “intelectualidad” de su cine. Tal vez quiera batir el record guinness de ser el cineasta con mayor edad en activo. ¡En el 2008 cumplirá cien años! Aunque creo que ya tiene ese "honroso título" desde el 2001.También la familia de Oliveira no lo quiere nada o le quiere mucho. ¡Venga abuelito a rodar a rodar que buena herencia nos vas a dejar!Cineasta que he evitado como la peste y que por fin me decidí a visionar algo de él, previo paso por un “todo a chien” más cercano, un psiquiatra y una infusión de café-cola. Las elegidas fueron “El valle de Abraham” y “Una película hablada”. Ambas con una nota digna y meritoria a sus esfuerzos.En “Una película hablada” una madre le enseña a una repelente y estúpida mocosa todo el mediterráneo menos España: que no han puesto pasta porque se dedican a administrar subvenciones. La madre le habla a la niña en un vocabulario que no entiende con miles de palabras históricas nuevas. Obviamente la insulsa criatura pregunta y pregunta y pregunta y pregunta (repitan este ciclo n veces, donde n es igual a la duración en segundos del filme). Y yo también me pregunto ¿A esta mujer, con lo lista que es, no le dieron Saussure en el instituto?Después de la lección histórica se van de crucero donde conocen a la Deneuve y al capitán Malkovich donde siguen hablando con otras personas de historia y sociedad. ¡Y ocurre algo! ¡ POR FIN !Gracias Manoel Candido Pinto de Oliveira por darme un momento de gloria. Aplaudí rabiosamente en la soledad de mi dormitorio y me dio un ataque de risa histérica al ver la cara de John Malkovich. Aunque casi prendo fuego a toda la habitación al derramarse la cera de mi cuerpo por toda la cama. Qué mega guay de la muerte es ver el cine del gran Oliveira. Me siento enormemente culto y erudito. Aunque para eso ya estaban los guías turísticos y los libros de historia.Y personalmente si para ser culto hay que disfrutar del cine de Antonioni, Tarkovsky, Kiarostami y Oliveira prefiero vivir en una eterna ignorancia o visitar una biblioteca, donde creo que aprenderé mucho pero que mucho más y sufriendo menos pero que mucho menos.
Maldito Bastardo
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