"Naturaleza muerta" el martes 8 de enero a las 21 h.




Sinopsis


La antigua ciudad de Fengjie ya está cubierta por el agua, pero aún no se han empezado a construir los nuevos barrios. Algunas cosas podrán salvarse, otras habrá que dejarlas para siempre... El minero Sanming va a Fengjie en busca de su ex mujer, a la que no ha visto desde hace 16 años. Al reencontrarse a las orillas del río Yangtsé, deciden volver a casarse. La enfermera Shen Hong viaja a Fengjie para encontrar a su marido, que se fue de casa hace dos años. Se abrazan delante de la presa de las Tres Gargantas y empiezan a bailar. A pesar de eso, deciden no reiniciar la relación y divorciarse


El Director


Jia Zhang-Ke


Nació en 1970 en Fanyang, en la provincia de Shanxi, China. Se licenció en la Academia de Cine de Pekín y realizó su primera película, Xiao Wu, en 1998. Actualmente vive en Pekín y participa activamente en el desarrollo del cine independiente en China.
Filmografía


1998 XIAO WU (107’)


2000 ZHANTAI (Plataforma) (193’/154’ Festival de Venecia 2000)


2001 GONG GONG CHANG SUO (31’ _documental)


2002 REN XIAO YAO (Placeres desconocidos) (113’ _Festival de Cannes 2002)


2004 SHIJIE (El mundo) (105’_Festival de Venecia 2004)
EL PROYECTO HIDRÁULICO DE LAS TRES GARGANTAS
Una breve historia
Sun Yat-sen, el padre de la China actual, fue el primero en pensar en el proyecto de las Tres Gargantas en el río Yangtsé. Encargó estudios a diversos ingenieros a principios del siglo XX. Poco tiempo después del nacimiento de la República Popular China, Mao Zedong se interesó por el proyecto de las Tres Gargantas y se desplazó personalmente a la zona. Fueron necesarias cuatro décadas para estudiar y realizar el proyecto de ingeniería. En abril de 1992, el Congreso Popular Nacional aprobó la construcción de la presa de las Tres Gargantas en el río Yangtsé, y la obra empezó oficialmente en 1993. Dividida en tres fases, se calculó que la construcción tardaría 17 años. Actualmente ya ha comenzado la Fase III y se espera que el proyecto esté terminado en 2009.
El proyecto comprende una presa de gravedad realizada en hormigón, un canal de desagüe, una central eléctrica al final de la presa, cinco esclusas de navegación permanente y un ascensor para barcos más pequeños. La construcción se divide en tres partes principales: la presa en sí, la central eléctrica y la estructura para la navegación. La presa tiene 3.035 metros de ancho y una altura de 185 metros. La central eléctrica dispondrá de 26 generadores. La capacidad será de 1.820 kilovatios/hora y generará un total de 84,7 mil millones de kilovatios al año.
La presa de las Tres Gargantas es el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo. El nivel del agua alcanzará los 175 metros. Han desaparecido bajo las aguas un gran número de ciudades con más de mil años de antigüedad además de unos mil pueblos. Se estima que el número de personas desplazadas por la obra alcance los 1,2 millones. El Proyecto de Reasentamiento está dirigido a los desplazados de la zona invadida por las aguas.

Referencias
Dirige Jia Zhang Ke (Fenyang, Shanxi, China, 1970), que se licenció en la Academia de Cine de Pekín y realizó su primera película, Xiao Wu, en 1998. Actualmente vive en Pekín y participa activamente en el desarrollo del cine independiente en China. Su filmografía se completa con Xiao wu (1998), Zhantai (Plataforma, 2000), el documental Gong gong chang suo (En público, 2001), Ren xiao yao (Placeres desconocidos, 2002) y Shijie (El mundo, 2004).
Está protagonizada por Zhao Tao, que se licenció en el Departamento de Baile Nacional del Instituto de Danza de Pekín en 1998 y fue profesora de Danza en la Universidad de Shanxi. El director la descubrió mientras realizaba un casting entre sus alumnas.
Le acompaña en el reparto Han Sanming, que trabajaba como minero en las minas locales y fue descubierto el año 2000 por Jia Zhang-ke, convirtiéndose en el actor talismán del realizador.
El guión es del propio director, quien asegura que "un día entré sin avisar en una casa y descubrí objetos cubiertos de polvo en una mesa de trabajo. De pronto, sentí como si el secreto de la vida acabara de caérseme encima. Los viejos muebles, los papeles en la mesa, las botellas en el alféizar de la ventana, los cuadros de la pared cobraron un aire triste y melancólico. Una naturaleza muerta es una realidad que preferimos no ver. Aunque esté enmarcada por el tiempo, su silencio está lleno de los secretos de la vida".
El director de fotografía es Nelson Yuuk-Wai, que se licenció en Cinematografía en el INSAS (Instituto Nacional Superior de las Artes del Espectáculo, Bélgica) en 1994 y debutó como director en 1996; y la banda sonora está compuesta por Lim Giong (Millennium mambo).
Sun Yat-sen, el padre de la China actual, fue el primero en pensar en el proyecto de las Tres Gargantas en el río Yangtsé. Encargó estudios a diversos ingenieros a principios del siglo XX. Poco tiempo después del nacimiento de la República Popular China, Mao Zedong se interesó por el proyecto de las Tres Gargantas y se desplazó personalmente a la zona. Fueron necesarias cuatro décadas para estudiar y realizar el proyecto de ingeniería. En abril de 1992, el Congreso Popular Nacional aprobó la construcción de la presa de las Tres Gargantas en el río Yangtsé, y la obra empezó oficialmente en 1993. Dividida en tres fases, se calculó que la construcción tardaría 17 años. Actualmente ya ha comenzado la Fase III y se espera que el proyecto esté terminado en 2009.
La presa de las Tres Gargantas es el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo. El nivel del agua alcanzará los 175 metros. Han desaparecido bajo las aguas un gran número de ciudades con más de mil años de antigüedad además de unos mil pueblos. Se estima que el número de personas desplazadas por la obra alcance los 1,2 millones. El Proyecto de Reasentamiento está dirigido a los desplazados de la zona invadida por las aguas.
Consiguió el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia, donde entró a formar parte de la sección oficial en el último momento.
Está producida por New Yorker Films, Shanghai Film Studios y Xstream Pictures.
Se rodó íntegramente en la vieja ciudad de Fengjie, que ha sufrido enormes cambios debido a la construcción de la presa de las Tres Gargantas. Numerosas familias que llevaban generaciones viviendo allí tuvieron que mudarse a otras ciudades. La ciudad antigua de Fengjie, con sus dos mil años de historia, fue arrasada y sumergida bajo las aguas.
Crítica

PARÁBOLA DE LOS DOS BUSCADORES EN EL ABISMO DE LA PÉRDIDA
Como medio artístico profuso y generoso que es, el arte cinematográfico está sometido a multitud de coordinadas generadoras que varían en virtud de la intencionalidad de la voluntad que lo concibe. Ya sea como mero objeto de entretenimiento, como elucubración estética, como afán documental, como reflexión personal, como adscripción a determinado género o como pretensión ensayística, la obra cinematográfica, en cuanto objeto maleable y plurivalente, se ajusta a la necesidad motriz de quien la piensa.
En determinados pasajes de su historia, el film, en manos de creadores conocedores de las posibilidades inmortalizadoras y urgentes del dispositivo técnico-artístico que manejaban, ha prestado su impronta capturativa e imborrable a la circunstancia histórico-social que lo concernía contemporáneamente. Jia Zhang-ke con esta sobrecogedora NATURALEZA MUERTA reinventa el cine como testimonio. El oficio de cineasta recupera su especificidad privilegiada de notario implacable; el objetivo del cinematógrafo se postula sentidamente como testigo aportador de un punto de vista brutal, enérgico y pulcro. El film del cineasta chino plantea la utilización de la cámara como artilugio perpetuador de un singular momento temporal. Asistimos a la certificación de una particularísima ceremonia: la de la extinción de un ámbito geográfico. NATURALEZA MUERTA procede a revelarse con la dramaturgia desolada de un sepelio. El cineasta acude al ritual sancionado por el ímpetu expedidor de quien se ve obligado a suministrar la extremaunción a un finado. Nunca como en esta ocasión habíamos podido contemplar a un film vestirse de luto.
Nos trasladamos a la ciudad china de Fengjie, una de los más de veinte importantes núcleos de población que han visto a su integridad transformarse drásticamente debido a la construcción de la obra de ingeniería hidráulica más grande del planeta: la presa de Las Tres Gargantas. La consecuente elevación del nivel del cauce del río Yangtsé en el que está enclavada esta mole de cemento de más de 180 m. de altura ha acarreado una espeluznante metamorfosis aniquiladora en toda la provincia de Hubei; la brutalidad de la agresión ecológica y social allí detonada asume la desmesurada magnitud de la dimensión planificada para la obra: casi dos millones de personas han tenido que ser realojadas en enclaves lejanos; yacimientos arqueológicos milenarios han quedado sepultados bajo las aguas; tesoros monumentales de valor histórico excepcional deberán ser reubicados para su conservación; se hallan prácticamente extintas únicas especies animales (el delfín chino, el esturión chino) pertenecientes a la fauna autóctona del lugar; se prevé la agudización de un grave problema medioambiental causado por el atasco de los lodos en los fondos del gigantesco acuífero, que provocará una degradación en la calidad de las aguas allí artificialmente estancadas. El film del autor de THE WORLD acude a Fengjie a ficcionar un doble encuentro personal, por el que se exhibe desbordada la vasta extensión de este monstruo lento y líquido, engullidor insaciable de todo un universo casi difunto, en el que a pesar de todo persiste la vida, porque hay quien allí acude a buscarla.
Jia compone una elegía icónica de belleza dolida, mojada, rocosa y verde. Su posicionamiento con la cámara no es ni mucho menos el de un obcecado documentalista. En tanto que relato organizado, queda claro que, en principio, el entorno no es el objetivo fundamental que se persigue examinar. Muy al contrario, éste, tolerado en toda su vastedad, sirve como marco espacial de esa historia de búsquedas perentorias y hallazgos determinantes. Fengjie es el recipiente que contiene a los protagonistas, la cavidad que los refugia, la delimitación recóndita que aguarda la respuesta a la incógnita de sus respectivas desesperaciones. La grandeza de NATURALEZA MUERTA estriba en la atenta brillantez que demuestra el realizador al consentir la hondura clara y progresiva con la que va irrumpiendo la perspectiva física del paraje. La geografía asalta el film sin éste imponerlo. Se le cuela, lo arrolla, lo humedece con la estridencia sigilosa y lenta de una bruma rasa. Jia sabe concertar los dos niveles fundamentales en torno a los que gravita el filme: la enormidad de los elementos constituyentes del enclave en Fengjie (la presa, la garganta, el río, las cordilleras) y el periplo humano de un hombre y una mujer empeñados en saldar particulares cuentas. Lo íntimo frente a lo descomunal, inmensidad ignota frente a certeza personal. Hecatombe contra esperanza. La cámara del realizador captura con la misma dignidad la inabarcable precisión de esa garganta inmemorial en trance de abatimiento que la soledad agitada y deambulante de Han Saming y Shen Hong.
Evidenciado con tanta nitidez, la consecuencia de ese contraste entre lo grande y lo particular no es otra que la de una concepción del ser humano particularmente desoladora en tanto que se explicita su pequeñez, su desprotección, su mansedumbre, su fragilidad y su ignominia. Esas masas de gente moviéndose en hilera, hacinadas en barcos, morando en habitáculos infames, siendo victimas del vasallaje y el comercio humano (la esposa de Saming), subiendo y bajando terraplenes enlodados, dan idea de una colectividad convertida en rebaño, en colectivo a la deriva, en madriguera de alimañas intentando sobrevivir. Más aún, las terribles escenas en las que se describen el trabajo de los peones de la demolición los asemeja a animales de carroña: el hombre enfrascado en rematar lo ya desahuciado, lo que ya no sirve. Cual buitre ensañado con su presa, las imágenes de esos seres martilleando las ruinas, mal viviendo de trabajar entre escombros, consumiendo sus energías mientras se allana el camino al soterramiento definitivo, supuran la verdadera magnitud de la tragedia. La construcción del cataclismo, la insistencia en la catástrofe, la brutalidad de la barbarie arquitectónica en detrimento de la armonía de la evolución y de la historia no la denuncia ningún meandro del relato, sino que impregna cada encuadre. La película está concebida con transparencia vital y con intención forense. Su creador acude con templanza circunspecta de juez de guardia al lugar del accidente. NATURALEZA MUERTA es un informe, un atestado, la inclemente descripción de un profesional que debe sacar consecuencias de entre los restos hurgados en la fatalidad, callando con profesionalidad expeditiva la posibilidad cierta del hallazgo superviviente.
Porque de eso se trata, de la supervivencia, de las expectativas en tiempos de inmolación colectiva y en espacios resignados a la agonía. Pese a la deshumanización verificada, pese al desahucio dominante, Jia se atreve a depurar un hálito de esperanza mediante la intervención protagonista de dos personajes obligados a acudir a ese lugar sancionado por la desaparición inminente. Son un hombre y una mujer que necesitan resolver un conflicto emocional muy importante. Ambos empeñarán a fondo sus paciencias para lograrlo. El seguimiento de sus andanzas actúa como único elemento narrativo sobre el que se sostiene el exiguo relato. El tesón introvertido de los dos permite una descripción cercanísima de la colectividad humana (soberbias las escenas del interior de la pensión en las que contemplamos a los grupos de jornaleros) allí habitante. NATURALEZA HUMANA va componiendo, al ritmo del caudal parsimonioso del omnipresente río, un sencillo tributo a la voluntad individual como único resquicio de salvación. Las diminutas figuras del hombre que llega para descubrir muy pronto que el domicilio que busca yace en el fondo de un río, y de esa mujer con documentos para firmar por un señor importante, acaban componiendo el perfil de dos perseverantes sin miedo al vértigo de la altura, que, caminando por el borde del precipicio, alcanzan su objetivo pertrechados únicamente del ímpetu de su secreta necesidad. David vence a Goliath no con las piedras lanzadas por una honda, sino que esperando su oportunidad dentro de sus entrañas. En esta microscópica odisea de dos seres luchando en la boca del gigante inédito es en donde NATURALEZA MUERTA libera su grandeza maestra: la vida nueva es posible a pesar de los estertores de la devastación; la vida nueva es posible de entre la ruina del desastre alrededor; la vida nueva es posible si quiere quien quiere.
(*****) Recomendada para todos aquellos que tienen fe: aun hay cine con forma de ventana.
Celso Hoyo Arce (www.zinema.com)

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