"Juntos nada más", de Claude Berri, una comedia de éxito francesa

El cineclub Fetiche se complace en presentarles una comedia de Claude Berri, una comedia elegante para suavizar la programación de enero que cuenta además de la ya proyectada "Naturaleza muerta" con "Fresas salvajes" de Ingmar Bergman y "El romance de Astrea y Celadón" de Eric Rohmer. La proyección tendrá lugar en los Multicines Benavente el martes 15 de enero a las 21h. Un cordial saludo y nos vemos en el cine.
A propósito de una comedia romántica.
La elegancia de las comedias románticas no estriba sino en la acertada descripción del papel que juega el amor en las relaciones humanas. Si es cierto que lo que a los hombres nos interesa es la relación con los otros no lo es menos que esa relación debe basarse en el cuidado. En "Ensemble, c'est tout" de Claude Berri, Franck (Guillaume Canet) cuida de su abuela Paulette (Francoise Bertin) y Philibert (Laurent Stocker) cuida de Camille (Audrey Tautou) cuando ella enferma. Tanto a Franck como a Philibert, que comparten piso, lo que les define -antes que su trabajo o la relación que mantienen- es el cuidado de los otros. Claude Berri sabe que sus personajes cuidan de sí cuando cuidan del otro. Cuidar de sí y cuidar del otro es lo mismo. No son las piedras las que tienen que cuidar de su propio ser sino los hombres los que deben tener cuidado de su propia existencia. No son ajenas las tesis del director a las de Martin Heidegger. O eso me ha parecido. Como nos encontramos ante una comedia romántica la forma bajo la que se disfraza el cuidado es la del amor; amor por los amigos, por los parientes, por los amantes. Amor paradigmático de Camille (todo ternura) por la abuela y por Franck (¿todo sexo?). No me extraña que tres millones de franceses hayan ido a ver esta película.

Ficha Técnica y artística


Director: Claude Berri
Guion: Claude Berri
Reparto: Audrey Tautou, Guillaume Canet, Laurent Stocker, Francoise Bertin
Sinopsis:

Basada en la
novela homónima de Anna Gavalda.
Cuatro supervivientes; personajes magullados por la vida, cuyo encuentro va a salvarlos de un naufragio anunciado. La relación que se establece entre estos perdedores de corazón puro es de una riqueza inaudita. Todos tendrán que aprender a conocerse para lograr el milagro de la convivencia.
Fecha de Estreno: Viernes, 23 de Noviembre de 2007




Referencias
Dirige el también actor Claude Berri (París, 1934), cuya filmografía se completa con Le Poulet (1963), Oscar al mejor cortometraje; El viejo y el niño (1966), Mazel Tov ou le mariage (1968), Le Pistonné (1969), Le Cinéma de papa (1970), Sex shop (1972), Le Mâle du siècle (1974), La Première fois (1976), Un moment d’égarement (1977), Os quiero (1980), El maestro de escuela (1981), Tchao Pantin (1983), El manantial de las colinas (1986), La venganza de Manon (1986), Uranus (1990), Germinal (1993), Amor en tiempos de guerra (1996), La Débandade (1999), Une femme de ménage (2002) y L’un reste l’autre part (2005). Fue presidente de la Cinemateca francesa entre 2004 y 2007, cuando dimitió por razones personales.
Está protagonizada por Audrey Tautou (Un engaño de lujo, El código Da Vinci, Las muñecas rusas, Largo domingo de noviazgo, Sólo te tengo a tí, Amelie, Una casa de locos, El libertino) y Guillaume Canet (El infierno, Feliz Navidad, Quiéreme si te atreves, La fidelidad, Decreto inocencia, Vidocq, La playa).
También interviene Françoise Bertin (La cautiva).
El guión es del propio director y se basa en la novela de Anna Gavalda Juntos, nada más (Seix Barral, 2004).
La directora de fotografía es Agnès Godard (Nuevo mundo, Fugitivos, Lo más cercano al cielo, La nueva Eva, La vida soñada de los ángeles) y la banda sonora está compuesta por Frédéric Botton.
Se presentó en la Semana Internacional de Cine de Valladolid donde consiguió el Premio del Público. Está producida por Hirsch y Pathé Renn Productions



Entrevista con Claude Berri

¿Cómo conoció la novela de Anna Gavalda y cuándo sintió el deseo de adaptarla al cine?
Fue por casualidad. Emmanuel Pierrat, mi abogado, me la recomendó. En un primer momento dudé, ya que tenía 600 páginas. En ese momento el libro todavía no era un best-seller, pero ya empezaba a tener éxito. Me lo leí, me encantó y pensé que podría interesarle a mucha gente. Antes de decidirme a reservar los derechos del libro, Emmanuel Pierrat le pidió al editor que no los vendiera hasta que yo hubiera tomado una decisión. Acabé de leérmelo y aún tenía dudas, ya que era una novela muy densa. El gran éxito del libro enseguida confirmó mi intuición, así que antes de estar seguro de que el libro podía adaptarse al cine, compré los derechos. Durante el verano siguiente, pensando que no la dirigiría yo, empecé con la adaptación, que le sería de utilidad al otro director. Y cuanto más avanzaba, más me reía y más me divertía escribiendo las escenas. Al acabar el guión tenía muy claro que no quería que otra persona dirigiera la película. Cuando terminé de escribir el guión, el libro se convirtió en un gran éxito.
El libro iba adquiriendo más éxito a medida que usted escribía el guión.
Al principio, cuando conocí a Anna Gavalda, le pregunté si estaría dispuesta a que trabajásemos juntos y me dijo que sí. Nos vimos dos o tres veces, pero como todo lo que le proponía le gustaba, me dejó vía libre e hice el guión yo solo.
¿Qué fue lo que le atrajo de la historia y qué semejanzas tiene con otras de sus películas, incluidas las autobiográficas?La idea de hacer la película no fue mía, pero una vez terminada, mucha gente me dijo: “Es realmente una película de Claude Berri”. Sin embargo, no es una historia que yo haya conocido o vivido. La historia me llegó hondo, pero no tanto como mis películas personales o autobiográficas.
Al ver a Audrey Tautou interpretando a Camille no podemos imaginarnos a ninguna otra actriz en el papel. ¿Cómo tuvo esta intuición?
Antes incluso de empezar a escribir el guión ya sabía que quería a Charlotte Gainsbourg para el papel porque tenía ganas de volver a trabajar con ella. Como digo, la vida está llena de casualidades. Algún tiempo más tarde, en un viaje a Nueva York, Audrey Tautou, a la que no conocía, iba sentada a mi lado en el avión.Así nos conocimos, sin hablar del libro. Ella sabía que el papel sería para Charlotte, sin embargo, dos o tres semanas más tarde, le dijo a su agente que si Charlotte no podía hacer la película, a ella le encantaría interpretar a Camille. Como es una chica muy generosa, no tenía ningún problema en sustituir a Charlotte. Es cierto que cuando la conocí pensé en ella para el papel, pero ya me había comprometido. Comencé el rodaje con Charlotte, en la Estación de Lyon pero, casualidades de la vida, tuvo un accidente de snow board. Evidentemente, volví a pensar en Audrey, pero ella acababa de rodar dos películas, entre ellas El código Da Vinci, y su agente me dijo que quería tomarse un año de descanso. Volvimos a coincidir en la brasserie Wepler y nos entendimos a la perfección.Ella se dio cuenta de lo mucho que la necesitaba, porque todo estaba listo y el equipo estaba a la espera. Si no conseguía que Audrey aceptara, sería una catástrofe para la película. Estábamos a martes y dijo que me daría una respuesta el viernes. El viernes, efectivamente, aceptó el papel, un paréntesis. Aquella noche, en la brasserie Wepler, llamó a Stephen Frears al que conozco desde hace cuarenta años y que vivió en casa de mis padres. Le dijo que estaba conmigo y le propuso quedar para tomar una copa. Fuimos a ver a Stephen y Audrey, que le quiere mucho, vio los vínculos que nos unen a Stephen y a mí. Debió convencerla, porque el viernes dijo que sí.
La elección de Guillaume Canet y Laurent Stocker es también muy interesante porque son diferentes y a la vez complementarios. ¿Estaba usted seguro de que quedarían bien juntos en la pantalla?
Cuando vi a Guillaume, me gustó inmediatamente para el papel y él tenía muchas ganas de que hiciéramos una película juntos. Conocía algunas de mis películas. No le hice ninguna prueba, le dije que sí al momento, casi al principio de los preparativos para la película. En el caso de Philibert fue mucho más difícil. Mientras que el personaje de Franck es un tipo popular, Philibert es un aristócrata. Hice muchas pruebas con mi director de casting, Gérard Moulevrier. Un día me presentó a Laurent Stocker, me gustó y decidí hacer la película con él.
Françoise Bertin está extremadamente bella y conmovedora en el papel de Paulette. La escena en la que aparece desnuda parece un dibujo de Rodin. ¿Era importante para usted este personaje?
Al principio quería a Tsilla Chelton, pero era un papel muy importante y las aseguradoras no querían cubrir a una actriz de su edad. Cuando hice las pruebas con Françoise Bertin, supe que estaría fabulosa. Estaba a la altura del personaje y era muy difícil encontrar a una actriz que pudiera interpretar ese tipo de papel. Es extraordinario que haya aceptado, sin ningún tipo de problema, mostrarse desnuda. Pudimos filmarla desnuda.
La fotografía de Agnès Godard es íntima y densa. Consigue que el piso sea un personaje más. Parece que los actores hayan vivido allí toda su vida, aislados del mundo. ¿El piso es un elemento central en esta historia?
Sabía que tenía que ser un piso muy grande y que estábamos obligados a rodar en estudio. Llevaba mucho tiempo queriendo trabajar con Agnès Godard, desde que vi la película de Noemy Lvovsky La Vie ne me fait pas peur. Me entusiasmaba su manera de filmar, no sólo desde el punto de vista estético sino también por el guión técnico. Después de haber trabajado con Bruno Nuytten y Eric Gautier, que no estaba libre en ese momento (si no, le habría escogido a él porque ha participado en mis últimas películas), quería a Agnès. También me gustaría mencionar a mi montador, François Gédigier, que hace muchos años que monta todas mis películas. El equipo técnico más cercano lo tenía claro desde el principio.
Ha conseguido acrecentar la profundidad de esta historia aparentemente alegre. ¿Cree que puede estar relacionado con la depresión que sufrió?
Antes de empezar la película, tuve un accidente cerebrovascular y caí en una depresión. Salí de ella en el momento de decidir el casting y las localizaciones. Me sentía preparado para hacer la película. Empezamos a rodar y durante la tercera semana sentí que la depresión volvía. Natalie Rheims me aconsejó tener a alguien a mi lado para ayudarme a tratar con el equipo. Tuve la suerte de que un director con muchísimo talento y al que admiro, François Dupeyron, estuviera libre. Fue una ayuda valiosísima. Estaba todo preparado pero quizá no tenía las fuerzas suficientes para hacer la película yo solo. Sobre si esta depresión se nota en la película, ya me dijeron lo mismo con Une femme de ménage. Cuando rodaba esta película pasé por mi primera depresión, a consecuencia de la muerte de mi hijo. Jean-Pierre Bacri se inspiró en mí para construir el personaje. El tema no tiene nada que ver, pero en las dos películas, el alma es la misma.
La familia, la dificultad para ser felices juntos y el miedo a la ruptura y a la dispersión de la familia están muy presentes en todas sus películas. ¿Esta parte de la novela trata algo personal?
Puede que haya introducido en la película algo personal de forma inconsciente, cosas que nos desbordan, las más profundas. Es inevitable.
Una de las diferencias con sus otras películas es que en esta los personajes son muy jóvenes, se buscan a sí mismos y se preguntan cómo ser felices y qué esperar de la vida. Generalmente, a usted le interesan personajes más maduros, con problemas adultos.
En la novela los personajes son más jóvenes que yo y quería respetar la historia.
Una anécdota muy divertida sobre los elementos que incorporó al guión que no aparecían en la novela es sobre las clases de ortofonía. El profesor de dicción de Philibert es el mismo que le dio a usted clases.
En el libro, Philibert tiene problemas de elocución y quise utilizar eso. Como en ese momento, y a veces incluso ahora, tenía dificultades para hablar, tomé clases de ortofonía. Añadí la historia del profesor que en vez de hacer hablar, hace cantar. Cuando yo no era capaz de pronunciar una palabra, me hacía cantar. Este personaje no existía en la novela. Creo que esa escena corresponde a mi deseo de introducir el teatro en la historia. Quería que el teatro estuviera presente en la película. En el libro hay un pasaje muy corto en el que Philibert dice que ha conocido a una chica que le sugiere que vaya a clases de teatro. A partir de ahí desarrollé la idea de la tartamudez y de la historia de amor con la chica.
¿Considera que entre Camille y Franck hay una auténtica historia de amor, digna de las comedias románticas americanas?Al principio, el personaje que interpreta Guillaume es desagradable con Camille. Más bien es Philibert el que está enamorado de ella, pero no puede confesárselo. Poco a poco, como en las comedias americanas, entre estos dos personajes que al principio no se gustan surge una historia de amor. Una historia de amor complicada hasta el final.
Juntos, nada más ya se ha convertido en una película de Claude Berri. Todos los que la han visto consideran que encaja perfectamente dentro de su filmografía. ¿Cómo reaccionó Anna Gavalda ante esta reinterpretación, esta reapropiación?Lo único que puedo decir es que ella ha visto la película y le ha encantado. No intervino para nada. Creo que había dicho que si no le gustaba la película y le preguntaban por ella, no diría nada. Al contrario, aunque sea una persona muy discreta, si le preguntan, creo que dirá que le ha gustado. No me ha dicho nada de los cambios que he introducido. Me acuerdo que después de la proyección, a su editor se le caían las lágrimas y creo que Anna sintió lo mismo.
Tras Une femme de ménage, esta es la segunda vez que adapta una novela de un autor contemporáneo. ¿Considera que hay similitudes entre estas dos películas dentro de su obra?
No sé, porque en esta hay un final feliz, mientras que Une femme de ménage acababa con una nota triste.









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