"AGUA" de Deepa Mehta. Inauguración Cine-Club Fetiche. Viernes 2 de febrero a las 21 h. en Multicines Benavente








Agua (Water) de Deepa Mehta es una película magnífica. El reparto coral de mujeres en la casa de viudas es excepcional: intimistas, dolidas, heridas, envidiosas, corruptas, tiernas, duras. El fluido lirismo de la cámara contrasta extrañamente con las áridas dificultades de las vidas de los personajes. Es una película con comentarios serios acerca de la aplastante situación vivida por las mujeres sometidas a religiones y dogmas sociales atrofiados. Tiene la gran cualidad de contar la historia desde el interior de sus personajes, sacando el drama humano y conmoviendo el corazón de modo inolvidableSalman Rushdie




Sinopsis
La historia transcurre en 1938, en la India colonial, en pleno movimiento de emancipación liderado por Mahatma Gandhi.Según las creencias hindúes, cuando una mujer se casa, se convierte en la mitad del hombre. Por lo tanto, si él muere, se considera que la mitad de la esposa ha muerto. Los libros sagrados dicen que una viuda tiene tres opciones: Casarse con el hermano más joven de su marido, arder con su marido o llevar una vida de total abnegación.Se celebra una boda que bien podría ser un entierro: casan a Chuyia (Sarala), una niña de 8 años, con un moribundo que fallece esa misma noche. Se quema su cuerpo en la orilla de un río sagrado y Chuyia se prepara para el destino que han escogido para ella. Se le afeita la cabeza e ingresa en un “ashram” para viudas donde deberá pasar el resto de su vida.El agua es una constante en la película, no sólo como metáfora, sino también como instrumento. A la orilla del río, Kalyani (Lisa Ray) conoce a Narayan (John Abraham), un joven idealista seguidor de Gandhi, hijo de brahmanes, la casta social más alta de la India.Estudia derecho, está entusiasmado con la revolución social pregonada por Gandhi y más que dispuesto a rechazar los límites impuestos por una tradición secular. Con Chuyia actuando como mensajera, su imposible relación empieza a florecer.
La directora
Deepa Mehta nació en India y se licenció en filosofía en la Universidad de Nueva Delhi.En 1991 produjo y dirigió su primer largometraje, Sam & Me, con el que ganó la primera Mención de la Crítica en la categoría “Cámara de Oro” del Festival de Cannes de 1991.En 1992 dirigió un episodio de una hora de la serie “Las aventuras del joven Indiana Jones”, producido por George Lucas. El capítulo, titulado “Benares”, se rodó íntegramente en la ciudad del mismo nombre en India.En 1993 dirigió su segundo largometraje, Freda y Camilla, protagonizado por Jessica Tandy y Bridget Fonda.En 1994 dirigió “Viajes con mi padre”, el último episodio de la serie “El joven Indiana Jones”, que se rodó en Praga y en Grecia.Escribió, dirigió y produjo su tercera película, Fuego, que inauguró el Programa Perspectiva Canadá en el Festival de Toronto de 1996. Participó en el Festival de Nueva York. Ganó el Premio Federal Express a la Mejor Película (escogida por el público); dos Hugo de Plata (Mejor Dirección y Mejor Actriz) en el Festival de Chicago; el Premio del Jurado en el Festival de Manheim. Tierra, basada en la aclamada novela de Bapsi Sidhwa, “Cracking India”, es la segunda parte de una trilogía basada en los elementos. Se rodó en Nueva Delhi en 1998. Se estrenó en el Festival de Toronto de 1998. Ganó el Primer Premio en el Festival de Cine Asiático de Deauville (Francia). Representó a India en los Oscar de 1999. Bollywood/Hollywood se estrenó en el Programa Perspectiva Canadá en el Festival de Toronto de 2002.En 2003 coescribió y dirigió The Republic of Love, protagonizada por Bruce Greenwood y Amelia Fox, basada en la novela del mismo título de Carol Shields.

Notas de la directora
Algunas imágenes se graban en la mente de forma indeleble. Hay una imagen que lleva diez años conmigo, la de una viuda en la ciudad santa de Varanasi en India.
Doblada, el cuerpo arrugado por los años, el cabello blanco rasurado, iba de un lado a otro a cuatro patas, buscando desesperadamente algo que había perdido en la orilla del Ganges. Su tristeza era obvia mientras buscaba entre la muchedumbre de peregrinos. Nadie le hacía caso, ni siquiera cuando se sentó y empezó a llorar.La imagen de esa viuda, sentada en cuclillas, abrazándose las rodillas, la cabeza inclinada ante su derrota, se me quedó grabada en la mente y me dio la idea para el guión que, diez años más tarde, se convertiría en Agua.Estaba en Varanasi dirigiendo un episodio de “Las aventuras del joven Indiana Jones”, una serie de televisión de George Lucas. Por la mañana, solía pasear por la orilla del Ganges. Entre los peregrinos había viudas hindúes condenadas a una vida de privaciones por culpa de unas creencias desfasadas. Venían a Varanasi a morir. Si morían en la orilla del río sagrado, tenían la salvación asegurada.A pesar de que soy hindú, las viudas seguían siendo un misterio para mí hasta que empecé a investigar para escribir el guión de Agua, la tercera película de mi trilogía después de Fuego y Tierra. Su situación me conmovía profundamente. Estas mujeres viven de acuerdo con el contenido de un texto religioso de más de dos mil años de antigüedad.Agua transcurre en 1938 cuando todavía era habitual casar a las niñas. A menudo se las casaba con hombres mucho mayores que ellas por razones económicas. Al morir el marido, se encerraba a la esposa en un “ashram” o casa de viudas. Dado que las familias consideraban a las viudas una carga económica, la mayoría acababa en una de esas casas. Decidí escribir la historia de una viuda de 8 años cuya presencia en el “ashram” cambia la vida de las demás, sobre todo la de Shakuntala y Kalyani. En el año 2000, después de obtener todos los permisos necesarios y la aprobación del guión por parte del gobierno de India, los actores y el equipo técnico viajaron a Varanasi para empezar el rodaje de Agua. Después de seis semanas de preparación, empezamos a rodar en la orilla del Ganges. Lo que ocurrió a continuación fue algo totalmente inesperado. A los dos días, se desataron violentas protestas protagonizadas por fundamentalistas. Se acusó a la película de ir contra la religión hindú, los decorados fueron destruidos y tirados al río, quemaron una efigie mía, y las manifestaciones se sucedieron en las calles de Varanasi. Atónitos, intentamos pedir ayuda al gobierno local, que había dado el visto bueno al rodaje, pero no sirvió de nada. Ante las crecientes protestas y amenazas, nos vimos obligados a suspender el rodaje.Me di cuenta posteriormente de que Agua reflejaba lo que ocurría en India, el ascenso del fundamentalismo hindú y de la absoluta intolerancia hacia cualquier cosa que lo cuestionara. Por lo tanto, éramos el blanco perfecto.Terminar Agua se había convertido en una misión personal, pero el productor David Hamilton y yo tardamos cuatro años en conseguir revivir el proyecto en Sri Lanka. Arriesgarse a rodar en India era una locura. Tuve que cambiar de reparto y sustituir a la luminosa Nandita Das, la protagonista de Fuego y de Tierra, por Lisa Ray, una actriz más joven. Seema Biswas, que se hizo famosa por La reina de los bandidos, aceptó el papel de Shakuntala, que debía interpretar Shaba Azmi. John Abraham, una auténtica estrella en Bollywood (Bombay, el centro cinematográfico de India), es Narayan, el joven idealista seguidor de Gandhi del que se enamora la frágil viuda Kalyani. Para el papel de Chuyia, encontré a una niña en Sri Lanka. Sarala viene de un pueblecito cercano a Galle. A pesar de no haber actuado antes, para ella es lo más natural. El problema era que no hablaba indio ni inglés. Aprendió los diálogos fonéticamente y la dirigí a través de un intérprete y por gestos. Rodar en Sri Lanka fue un placer después de la horrible experiencia en Varanasi. Giles Nuttgens, que ya se ocupó de la fotografía en Fuego y en Tierra, volvía a estar detrás de la cámara.
En mi opinión, Giles es brillante. No fue tarea fácil recrear la India en Sri Lanka. Decidimos que ni siquiera intentaríamos recrear Varanasi o el presupuesto habría alcanzado proporciones impensables. En vez de eso, teníamos un embarcadero muy modesto que sólo medía 500 metros, eso sí, lleno de templos hindúes. Colin Monie se encargó de montar la película en Toronto. Había visto Hermanas de la Magdalena (The Magdalene Sisters) y me pareció un equilibrio perfecto de sensibilidad y pasión. Ahora que la película está terminada, puedo mirar atrás y pensar en el camino que hemos recorrido. Pasamos por todo, angustia, amenazas de muerte, decisiones políticas, la cara más fea del fundamentalismo religioso, y a veces me pregunto: “¿De verdad ha valido la pena?”. Entonces la imagen de esa viuda que vi hace diez años surge ante mí, y la veo sentada en los escalones que llevan al Ganges, su boca desdentada abierta, emitiendo sonidos desesperados. Más tarde me enteré de que había perdido sus gafas. Sin ellas, apenas veía.
Ficha técnica

Canadá, India - 2005
Título original: Water
Dirección: Deepa Mehta
Productora: Deepa Mehta Films,
Flagship International, David Hamilton
Productions, Echo Lake Productions,
Noble Nomad Pictures Ltd.,
Téléfilm Canada
Productor: David Hamilton
Guionista: Deepa Mehta
Fotografía: Giles Nuttgens
Dirección artística: Pradip Redij
Vestuario: Dolly Ahluwalia
Música: Mychael Danna
Ficha artística
Lisa Ray (Kalyani),
Seema Biswas (Shakuntala),
Kulbhushan Kharbanda (Sadananda),
Waheeda Rehman (Bhagavati),
Raghuvir Yadav (Gulabi)

Comentarios

JULIAN SOLANO ha dicho que…
En verdad, es lamentable realmente el que sigan ocurriendo situaciones en donde a la mujer se le trata de esa manera, todo creado por la inseguridad del machismo de los hombres ignorantes poseedores de dogmas arraigadas para su conveniencia, idiotas que buscan una superioridad para ocultar su frustracion tratando de esa forma a las mujeres, para mi punto de vista no es la religion la que es la que hostiga, sino los interpretes que la pregonan, aquellos que se dicen conocedores de sus palabras, son los que la utilizan a su conveniencia, no solo en la hindu sino en todas las demas religiones del mundo el hombre es quien moldea el significado de las palabras, la teologia es un tema largo y nadie gana nunca, es una verguenza el que un hombre pueda tratar asi a una mujer son los de mentes debiles y cobardes lo que hacen eso.